viernes, 2 de diciembre de 2011

Taberna Pompeyana

Irene Fernández Jubitero

Paseando por las sinuosas calles del centro de Madrid no es difícil encontrarse maravillosos lugares donde entrar y calmar la sed y el hambre. La Taberna Pompeyana no es sólo eso, con poner un pie dentro te teletransportas a la época de la Antigua Roma, algo que ya intuyes sólo con ver la magnífica fachada del local.

La Taberna Pompeyana (Foto: Irene Fdez Jubitero)
Interior de la Taberna Pompeyana (Foto: Irene Fdez Jubitero)
 Nos encontramos un local íntimo, con una maravillosa decoración: ristras de ajos y pimientos rojos colgando del techo, una pequeña fuente llena de los deseos de los visitantes, estatuas romanas y bustos de emperadores,  acogedoras mesitas de madera, adornos de mármol, vasijas… y, cómo no, paredes decoradas con magníficos frescos que bien podrían hacerse pasar por originales del Antiguo Imperio Romano.


Barra de "la Pompeyana" (Foto: Irene Fdez Jubitero)

Subida al "lupanar" (Foto: Irene Fdez Jubitero)
En la planta superior está el salón climatizado, al que llaman “Lupanar”, volviendo a hacer un guiño a las lujuriosas tradiciones de la Pompeya de antes de la erupción del Vesubio. Pero no acaba ahí nuestro viaje, porque incluso bajar al aseo se convierte en algo original, siendo imposible no sorprenderse al ver las puertas decoradas: un cuerpo femenino y un “LUPAS” (que significa “lobas”, como eran llamadas las meretrices del lugar)  para la de las mujeres, y un desnudo masculino con un “LUPOS”  pintado en la puerta de los varones.

Originales puertas de los aseos (Foto: Irene Fdez Jubitero)
Si esta primera impresión nos da sed o hambre hemos ido a parar a un buen local. Las bebidas son servidas en vasos de barro, que ya no sólo hacen que nos metamos más en la época, sino que transforman lo que bebes en algo especial. Se recomienda la cerveza y la deliciosa sangría.

El precio está relacionado con la calidad de los productos: ricas empanadas, embutidos y croquetas, entre otros, para picar; y para comer son más que recomendables las exquisitas pizzas artesanales llamadas como los dioses de la mitología romana (6 euros las medianas y 9 las grandes), sino eres de pizza también encontrarás pasta, cocido madrileño, lentejas, fabada...

En definitiva, la Taberna Pompeyana es un local original, recomendable para ver cosas nuevas y salir de la rutina, y, cómo no, para disfrutar comida casera a buen precio.

Taberna Pompeyana
c/ Álvarez Gato 5
91 522 93 75
Metro Sol (L 1, 2 y 3)


1 comentario:

  1. La "nueva" Pompeya o como echar a perder un buen establecimiento de tapas y raciones.
    He sido junto con mis amigas clienta fija de este bar durante los casi dos ultimos años, no solo por la calidad de la comida y la estetica particular pero cuidada, por ser un bar no-tipico-para-turistas-con-foto-de-paella, sino tambien por el buen trato que nos solian dar -sobre todo uno de los antiguos camareros - y tapas gratuitas más que generosas.
    Desde hace meses no vivo en España, pero hasta ahora, cada vez que aterrizaba en Madrid volvía a este local, uno de mis favoritos.
    Cual es nuestra sorpresa - y la de mis amigas - cuando en mi ultima visita, el pasado sábado 16 de marzo, nos encontramos que la antigua decoracion estilo romana, ocn sus aperos rusticos y frescos en la pared que solian dar un toque especial al bar, se ha convertido de repente en un esperpento de lugar, recargado de elementos que no vienen a cuento (Como un perchero de conejo rosa), calaveras (humanas y animales) con alguna cruz-anticristo pintada; de repente toda la decoracion, frescos incluidos, hacen alusion al sexo masculino ("cipote" como han apodado a una de las cazuelaas que tenian colgadas del techo); todos los complementos tambien tipo rustico que tenian en la antigua planta de arriba (ahora desaparecida tras la reforma de finales de 2012) los han acumulado en la unica planta de ahora, recargandola a más no poder.
    El antiguo jefe de camareros ha sido reemplazado por un chico joven, indio o pakistani que, al principio resultaba gracioso, pero ahora, no se si por exceso de confianza, se ha tornado en cargante y parece que se ha tomado un tripi.
    LAs antiguas tapas de salpicon, pollo al ajillo y hasta paella, de las que hasta Diciembre aun disfrutabamos, ahora son dos cazuelitas de barro con trozos minimos de queso y salchichon.
    Al preguntar a uno de los antiguos camareros el por que de este desastre, nos cuenta que el dueño sigue siendo el mismo, pero que ahora ha decidido transformar el bar en una "tasca" y, que todo lo que se la pasa por la cabeza lo trae al local ahora para recargarlo más y más o, lo que es lo mismo, seguir convirtiendolo en un lugar de pesimo gusto lleno de falos por todos los lados y decoracion imposible.
    Espero que este señor, dueño de la antigua magnifica Pompeyana, supere la crisis personal por la que debe estar pasando. Que así sea.

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